Autor(es): José Ortiz Monasterio
Resumen: François Chevalier ha afectado mi vida, y la de muchos otros historiadores de América Latina, de una manera decisiva. Yo represento a una segunda generación de historiadores que, sin ser sus alumnos directos, sí nos consideramos sus discípulos y a él lo miramos como el maestro en toda la acepción de la palabra. Inicié mis estudios de historia en la Universidad Nacional de México a mediados de la década de 1970, y nuestros mejores maestros seguían la corriente historicista, como era el caso de Edmundo O’Gorman y Juan A. Ortega y Medina, Álvaro Matute y Eduardo Blanquel. Este último nos hizo leer un par de obras de teoría de la historia de Marc Bloch y Lucien Febvre, y fue así como conocimos la escuela de los Annales que nos impactó profundamente. La visión global de economía-sociedad-civilización nos ofrecía una visión mucho más rica de la historia que el economicismo simplista de los marxistas; a la vez, el concepto de establecer un diálogo entre el presente y el pasado nos abría la posibilidad de incidir en la sociedad, evitando los extremos del anticuario y el activista político dogmático.