Autor(es): Marco Antonio Ibarra
Resumen: Fue en 1887 cuando Laureana Wright de Kleinhans (1846-1896), una letrada e intelectual mexicana, oriunda de Taxco, perteneciente a una clase social cercana a la elite porfiriana, fundó en México el periódico Mujeres de Anáhuac. Entre las múltiples temáticas relativas a la cultura femenina de la época, Laureana incluyó en el periódico una serie de reseñas biográficas de las mujeres que hasta ese momento se habían distinguido en la historia de México desde los tiempos prehispánicos. De manera póstuma, en 1910, bajo el auspicio de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, fue publicado el libro Mujeres notables mexicanas en el que aparecieron veintidós biografías de heroínas de la Independencia mexicana. Ese mismo año, un político, educador, escritor e historiador señalaba la necesidad de “saber qué infinitas mexicanas secundaron abiertamente la Independencia, no obstante que al hacerlo exponían su vida”.1 Se trataba de Genaro García, entonces director del Museo Nacional de Historia, Arqueología y Etnología de México. Para él era evidente que las mujeres de la Independencia estaban olvidadas y consideraba deplorable que los “historiógrafos” no hubieran consagrado siquiera una obra a las mexicanas insurgentes. Cien años después, en nuestro presente, diversas autoras y autores, como la doctora Fernanda Núñez, continúan señalado que “el tema de la participación femenina en esta guerra y su posterior reflejo en el relato histórico” es un tema poco explotado aún por la historiografía contemporánea mexicana.